Análisis
en el Proceso Creativo
El proceso
creativo es un conjunto de etapas ordenadas, las cuales, mediante el
ejercicio de cada una de ellas, podremos desarrollar el
pensamiento creativo.
Las
4 etapas del proceso creativo según Graham Wallas.
Graham
Wallas consideraba que la creatividad es la que posibilita que las personas se
adapten con diligencia a los entornos cambiantes. Su modelo sobre el proceso
creativo, presentado en su libro “El arte del pensamiento”, comprende
cuatro etapas:
1.
Preparación.
Consiste
en percibir y analizar la situación, así como de todas las circunstancias y
dimensiones que influyen en ella. Es un momento con alto grado de excitación,
en el que la persona se ve impelida a investigar, analizar, experimentar y
probar diferentes posibilidades para resolver el problema.
Sin embargo, este es sólo el primer estadio del proceso creativo. Es necesario que experimentemos esta fase de reconocimiento del problema y recogida de información, y que las superemos pasando a la siguiente etapa.
Sin embargo, este es sólo el primer estadio del proceso creativo. Es necesario que experimentemos esta fase de reconocimiento del problema y recogida de información, y que las superemos pasando a la siguiente etapa.
2.
Incubación.
Se
trata simplemente de la interiorización del problema. Es un proceso interno e
inconsciente que se produce en el hemisferio derecho de la mente y supone el
establecimiento de nuevas relaciones. Al tratarse de un proceso interno, aparentemente
no provoca ninguna respuesta externa.
En ciertos casos, requiere la desconexión del problema, para así desechar u olvidar estrategias erróneas e ineficaces.
Es una etapa de gran tensión emocional ante la duda de si se conseguirá o no el objetivo propuesto. Esta tensión se acrecienta en la medida en la que aumenta el tiempo dedicado a esta fase. Es por ello que muchos proyectos son abandonados en esta fase.
En ciertos casos, requiere la desconexión del problema, para así desechar u olvidar estrategias erróneas e ineficaces.
Es una etapa de gran tensión emocional ante la duda de si se conseguirá o no el objetivo propuesto. Esta tensión se acrecienta en la medida en la que aumenta el tiempo dedicado a esta fase. Es por ello que muchos proyectos son abandonados en esta fase.
3.
Iluminación.
La
solución surge de improviso, es cuando todo cobra sentido, está relacionado y
claro.
Se trata de una fase de júbilo y entusiasmo, en la que el esfuerzo invertido obtiene su recompensa. Sin embargo, éste no es el final, todavía quedaría una última fase en este proceso.
Se trata de una fase de júbilo y entusiasmo, en la que el esfuerzo invertido obtiene su recompensa. Sin embargo, éste no es el final, todavía quedaría una última fase en este proceso.
4.
Verificación.
En
esta fase se analiza, verifica y valida la solución adoptada. Tiene como
consecuencia su abandono, o su adaptación para ser perfeccionada o su puesta en
práctica.
Es un momento emocionalmente muy difícil ya está repleto de incertidumbres, de inseguridad ante las decisiones últimas.
Es un momento emocionalmente muy difícil ya está repleto de incertidumbres, de inseguridad ante las decisiones últimas.
Esperamos
que estas 4 etapas del proceso creativo según Graham Wallas te sean de ayuda, y
te invitamos a participar dentro de nuestro Diplomado en línea:
“Neurocomunicación y pensamiento creativo”, donde podrás conocer
Neurotécnicas de autogestión asociada a la comunicación: comunicación
consciente, gestión de la inteligencia interpersonal y metaprogramas PNL que
ayuden a fortalecer su liderazgo y desarrollen habilidades del pensamiento
creativo en forma simultánea por lo que se buscará reconocer el potencial
personal para encauzar, dirigir y aplicar esquemas de3 de pensamiento, que permitan concretar
deseos, expectativas e intereses tanto personales como profesionales.
Música:
Merengue y Bachata
Merengue
El
merengue es el ritmo que impulsa la vida en la republica dominicana, una danza
festiva, para divertirse. La historia del país se ha cimentado acompañada de
esta música popular que se oye en las calles, las casas y los coches. El
merengue es el baile de la pasión del pueblo.
Este conjunto, con sus tres instrumentos, representa la síntesis de las tres culturas que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana. La influencia europea viene a estar representada por el Acordeón, la africana por la Tambora (tambor), y la taína o aborigen por la Güira. La güira es, en realidad, un cilindro de metal hueco cubierto por piel de cabra. Se utilizaba ya en las ceremonias de los indios tainos. Cuando se frota emite un zumbido.
Este conjunto, con sus tres instrumentos, representa la síntesis de las tres culturas que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana. La influencia europea viene a estar representada por el Acordeón, la africana por la Tambora (tambor), y la taína o aborigen por la Güira. La güira es, en realidad, un cilindro de metal hueco cubierto por piel de cabra. Se utilizaba ya en las ceremonias de los indios tainos. Cuando se frota emite un zumbido.
Bachata
La
bachata es un tipo de canción popular bailable originario de República Dominicana,
que suele abordar temas de amor, melancolía y abandono.
El interés masivo por el ritmo surgió a partir de los años 80, con la expansión de los medios de comunicación, y el auge del turismo. Autores como Luis Días, Juan Luis Guerra y Víctor Víctor, fueron los propulsores de la bachata a nivel internacional.
El interés masivo por el ritmo surgió a partir de los años 80, con la expansión de los medios de comunicación, y el auge del turismo. Autores como Luis Días, Juan Luis Guerra y Víctor Víctor, fueron los propulsores de la bachata a nivel internacional.
Música
caribeña
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Música
caribeña Información sobre la plantilla
Músicacaribeña.jpeg
Música
caribeña, denominación que comprende los diferentes estilos y tradiciones
musicales de las islas del Caribe; abarca desde géneros folclóricos
tradicionales, como la bomba de Puerto Rico y el mentó de Jamaica, a ritmos
populares contemporáneos, como la salsa y el reggae.
La
música caribeña incluye la música del Caribe de habla inglesa (Antillas
británicas), el Caribe de habla hispana (Cuba, Puerto Rico y la República
Dominicana) y el Caribe de habla francesa (Haití y las islas Martinica y
Guadalupe). La música de los países que circundan el Caribe también se ha
clasificado a veces como caribeña.
En
muchos aspectos es más marcada la diversidad que la unidad de la música
caribeña, a pesar de que pueden trazarse algunos rasgos comunes. La mayor parte
de la música de esta región combina rasgos africanos con rasgos occidentales;
esta síntesis, que comenzó con la colonización europea y la importación de
esclavos africanos, todavía se mantiene en la actualidad. A este tipo de música
se la denomina a veces criolla o, de forma más general, sincrética, haciendo
alusión a la mezcla de elementos africanos y occidentales que dan lugar a una
música típicamente caribeña. La influencia africana constituye un denominador
de estilo común a la mayoría de la música caribeña, que se manifiesta en forma
de alegres sincopados (ritmos que enfatizan las partes débiles del compás),
formas llamada-respuesta y ostinato (frases musicales repetidas), basados a
menudo en sencillos acordes.
Estilos
La
mayor parte de la música caribeña puede agruparse en las categorías de
folclórica, clásica o popular desde el punto de vista comercial. Algunos
estilos folclóricos derivan básicamente de la música africana y suelen estar
dominados por los instrumentos de percusión y las formas vocales de llamada-respuesta.
En esta categoría se incluyen la rumba tradicional cubana, la bomba de Puerto
Rico y la música asociada a las religiones afrocaribeñas, como el vudú de Haití
o la santería cubana. Otros tipos de música reflejan más su origen europeo,
como el jíbaro de Puerto Rico y el punto cubano, que utilizan formas en verso
derivadas de la música española con guitarras o instrumentos similares. En una
categoría diferente se encuentran las prácticas musicales asociadas a las
minorías étnicas de las Indias Orientales, los descendientes de los trabajadores
contratados que llegaron de la India al Caribe durante el periodo colonial. Los
estilos caribeños, que constituyen el mayor grupo étnico de Trinidad y Guayana,
poseen una herencia musical propia de gran riqueza, con canciones tradicionales
y estilos modernos, como el chutney.
En
el siglo XIX, compositores con formación musical clásica crearon en Cuba y
Puerto Rico formas locales propias de música clásica ligera, como, por ejemplo,
la contradanza cubana (también conocida como habanera), el danzón, estilo cubano
más ligero y rítmico, y la danza, estilo de Puerto Rico similar al anterior. A
principios del siglo XX, surgieron varios compositores clásicos famosos, como
Ernesto Lecuona, Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán.
Las
formas más famosas de la música caribeña son los géneros populares modernos. En
el Caribe de habla española, los estilos más conocidos de este tipo proceden de
Cuba e incluyen el son, el baile más popular de Cuba, el cha-cha-cha, el bolero,
romántico y lánguido, y el mambo. A mediados de la década de 1960, el género
conocido como salsa, interpretado generalmente por puertorriqueños y otros
latinoamericanos, se hizo famoso en el mundo como versión actualizada del son
cubano y de estilos afines. En la década de 1970, el merengue, música rápida de
baile, alcanzó gran popularidad, especialmente en Puerto Rico, en la ciudad de
Nueva York y en su propio país natal, la República Dominicana.
Tal
vez el estilo caribeño que mayor fama haya alcanzado en el mundo haya sido el
reggae, surgido a finales de la década de 1960 en Jamaica como reinterpretación
local de la música rhythm and blues estadounidense. Su gran popularidad, se
debe a su ritmo contagioso, al brillo de sus intérpretes, como el jamaicano Bob
Marley, y a sus gritos de justicia social. El calipso, un estilo musical de
Trinidad, y la soca, una variante más ligera y bailable del calipso, han
alcanzado asimismo fama internacional. El Caribe de habla francesa también ha
tenido sus propios estilos musicales, como el compás, música popular de Haití,
y el zouk, estilo bailable de Guadalupe y Martinica, que incorpora elementos de
música funk.
Historia
La
historia de la música caribeña comienza con los indígenas americanos que
habitaban las islas antes de la llegada de los europeos. Las crónicas españolas
describen algunas de las prácticas musicales de estos indígenas, como la
ceremonia denominada areito, en la que los participantes cantaban y bailaban en
círculos alrededor de un conjunto con tambores hechos con madera hueca,
matracas y otros instrumentos de percusión.
La
música caribeña posterior surgió como producto de la interacción entre los
esclavos africanos y los colonizadores europeos. Los investigadores distinguen
entre colonias de colonización, como Cuba y Puerto Rico, y colonias de plantación,
como las Antillas británicas. Las primeras atraían a un gran número de europeos
y dieron lugar a florecientes culturas de música criolla. Su amplia población
negra libre y la importación relativamente tardía de esclavos permitieron la
conservación y promoción de las prácticas musicales neoafricanas. En el siglo
XIX, la burguesía local en estas colonias cultivaba formas de música criolla
vivas y nacionalistas, dando lugar a géneros como la habanera y el danzón. Por
el contrario, en las plantaciones británicas la represión cultural fue más
severa y el comercio de esclavos finalizó antes, por lo que las tradiciones
neoafricanas fueron perdiendo fuerza. La música de la burguesía criolla tampoco
logró florecer en estas colonias por el pequeño número de residentes europeos
allí existentes.
En
el siglo XX, la llegada de los medios de comunicación (especialmente las
grabaciones de discos y las retransmisiones de radio) estimularon la aparición
de estilos musicales comerciales de baile popular, a menudo a expensas de la
música tradicional. Aunque estos nuevos estilos pop se vieron influenciados por
la música popular de Estados Unidos (y hasta competían con ella), sin embargo,
florecieron al combinar la música estadounidense con las tradiciones locales.
En la década de 1920, el son cubano, el calipso de Trinidad, el merengue
dominicano y el merengue de Haití se imponían con fuerza como clara música pop
local. En la década de 1940, el bolero cubano se hizo famoso en gran parte de
Latinoamérica. En la década de 1950, el jazz americano se adaptó al mambo
cubano, al merengue dominicano y a la plena puertorriqueña. En la década de
1960, fueron surgiendo conjuntos más pequeños a medida que los amplificadores y
los instrumentos eléctricos fueron invadiendo el mercado, ya que los directores
de banda trataban de evitar los altos costes de mantenimiento de estos
conjuntos. En este periodo, las comunidades de inmigrantes caribeños de las
ciudades de Estados Unidos desempeñaron un papel decisivo en la creación y
difusión de la música popular caribeña. Especialmente la ciudad de Nueva York
se convirtió en un centro muy activo de producción y consumo de música popular
latinoamericana.
En
las décadas de 1960 y 1970, surgió la salsa como popular reinterpretación de la
música bailable cubana, al tiempo que el reggae jamaicano se extendía por todo
el mundo. Los principales intérpretes de estos dos géneros, el cantante de
salsa Rubén Blades y el de reggae Bob Marley, promocionaron estos ritmos con un
contenido sociopolítico idealista, optimista y activo. En la década de 1980,
por el contrario, los géneros musicales latinos dominantes en esta región
fueron más sentimentales, como la salsa romántica y el merengue, de corte más
ligero. En la década de 1990, ha surgido una nueva generación de intérpretes
caribeños, como el artista jamaicano Buju Banton y el cantante dominicano Juan
Luis Guerra.
Salsa
(género musical)
Salsa
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Orígenes musicales
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Orígenes culturales
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Instrumentos de percusión, de viento y de cuerda.
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Popularidad
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Set de congas, instrumentos emblemáticos
de la salsa. Nótese la presencia los herrajes de afinación o
"llaves", mejora introducida alrededor de 1940 y atribuida al músico
Patato Valdés.
La salsa es un género musical bailable resultante de la
síntesis del son cubano y otros géneros
de música
caribeña, con el jazz y otros ritmos estadounidenses. La salsa fue consolidada como un éxito comercial por
músicos de origen puertorriqueño en la ciudad de Nueva York en la década de 1960,3 si bien sus raíces se
remontan a décadas anteriores en países de la cuenca del Caribe.4
La salsa finalmente se extendió a lo
largo de Colombia5 y al resto de América,
dando lugar a escenas regionales puertorriqueña, panameña, venezolana, cubana,
dominicana, colombiana y de otros países de América Latina. La salsa abarca varios
estilos como la salsa dura, la salsa
romántica y la timba.
El
director cubano Machito afirmó que la salsa era lo que él había tocado durante cuarenta años
(entre 1930 y 1970 aproximadamente) antes de que el género musical se
denominara así.6 Por otro lado, el músico
neoyorquino de ascendencia puertorriqueña, Tito
Puente, negaba la existencia de la salsa como género en sí, afirmando que «lo que
llaman salsa es lo que he tocado desde hace muchísimos años: se llama mambo, guaracha, chachachá, guaguancó, todo es música de
influencia cubana».[cita requerida]
El músico Eduardo Morales define la salsa como «un nuevo giro de los ritmos
tradicionales al son de la música cubana y la voz cultural de una nueva generación»,
«una representación de la identidad cubana e hispana en Nueva York»
No obstante, aunque el son cubano es la
espina dorsal de la salsa, el elemento fundamental en el surgimiento de la
salsa es el papel de los músicos puertorriqueños y su cultura, tanto en la isla
de Puerto Rico como en su diáspora neoyorquina. En ese sentido, se señala el
peso específico de los puertorriqueños en Nueva York que, aunque minoría, eran
numéricamente muy superiores a cualquier asentamiento latinoamericano.
También se aduce que el corte en el
intercambio cultural entre puertorriqueños y Estados Unidos en la escena
musical latina de Nueva York.7
El patrón rítmico denominado «clave de
son», que se utiliza con frecuencia en la música latina (son, rumba, salsa,
etc.), aquí se presenta en su versión «3-2». Esa célula rítmica se muestra aquí
en compás de 4/4 (notación «moderna», popular en Europa y Estados Unidos), así
como en su forma «tradicional» en compás de 2/4 (que sigue siendo utilizada por
muchos percusionistas latinoamericanos).
La «clave de son» en su versión «2-3»
(mucho menos usual que la clave 3-2.
Esa célula rítmica se muestra aquí en compás de 4/4 (notación «moderna», popular en Europa y Estados Unidos), así como en su forma «tradicional» en compás de 2/4 (que sigue siendo utilizada por muchos percusionistas latinoamericanos).
Esa célula rítmica se muestra aquí en compás de 4/4 (notación «moderna», popular en Europa y Estados Unidos), así como en su forma «tradicional» en compás de 2/4 (que sigue siendo utilizada por muchos percusionistas latinoamericanos).
La salsa presenta las siguientes
características:
- Ritmo: Utiliza como base la clave de son, el patrón rítmico del son cubano, que puede ser 2-3 o 3-2.
- Melodía: En muchos casos las melodías usadas
en la salsa se corresponden con las empleadas tradicionalmente en el son montuno aunque puede asimilarse
también a otros géneros de la música cubana y caribeña tradicional, inclusive
melodías de la música popular latinoamericana.
- Armonía: Se corresponde con la utilizada
en la música occidental.
- Instrumentación: Usa instrumentos de percusión
cubanos popularizados desde los años 1920 como pailas o timbales, bongó, güiro cubano, cencerro, dos maracas y conga. Arsenio Rodríguez se presentó como el primer
músico en incorporar la conga o tambó a las orquestas de
baile.8
Amén de la percusión, la instrumentación
se completa con piano, contrabajo (en muchos
casos bajo eléctrico), trompetas, saxofón, trombones, flauta y violín. La influencia del jazz afrocubano viene determinada
por el arreglo aunque no es una condición imprescindible en la salsa.
Ritmo
Clave de son
La célula rítmica más representativa de
la salsa se llama «clave de son» que tradicionalmente es
interpretada por las letras
Los bailadores y músicos de salsa agrupan
el patrón en dos partes:
A) Una parte de 3 toques de clave donde
se presenta un contrarritmo intermedio.
B) Una parte de 2 toques de clave 2 sin
contrarritmo.
Los números representan las negras, el signo más [+]
representa el golpe de las claves, y el punto [.] representa a cada corchea.
"clave de son 3-2"
1. 2. 3. 4. 1. 2. 3. 4. +.. +.. +... +.
+...
"clave de son 2-3"
1. 2. 3. 4. 1. 2. 3. 4. .. +. +... +..
+.. +.
Clave de rumba
Existe otro patrón rítmico similar que
es utilizado raramente en la salsa, y proviene del complejo de la rumba cubana. Este patrón
presenta 2 contrarritmos en una de sus partes.
"clave de rumba 3-2"
1. 2. 3. 4. 1. 2. 3. 4. +.. +... +.. +.
+...
"clave e rumba 2-3"
1. 2. 3. 4. 1. 2. 3. 4. .. +. +... +..
+... +
La clave no siempre se toca
directamente, pero forma la base de otros instrumentos de percusión, así como
también de la canción y el acompañamiento, que lo usan como ritmo común para sus propias frases.
Por ejemplo, este es el ritmo común de la campana con clave 2-3:
.. +. +... +.. +... + clave 2-3 +. *. +.
* * +. * * +. * * campana coincidente con el 2 de clave
El signo más [+] representa un golpe
grave de la campana.
El asterisco [*] representa un golpe agudo de la campana.
El asterisco [*] representa un golpe agudo de la campana.
El término «salsa»
En 1933, el músico cubano Ignacio
Piñeiro utilizó por primera vez un término relacionado, en un son cubano titulado «Échale
salsita».
A mediados de los años 1940, el cubano Cheo Marquetti emigró a México. De
regreso en Cuba, con influencia de las
salsas picantes de comida, le dio ese nombre a su agrupación Conjunto Los
Salseros, con quienes grabó un par de discos para las disqueras Panart y Egrem.
En 1957 fue a Caracas (Venezuela) por motivo de varios
conciertos en esa ciudad y fue en Venezuela donde se comenzó a
emitir en la radio la palabra «salsa» a la música que hacían los soneros
cubanos de esa época y posteriormente se le designaría este nombre a lo que
sería la recopilación de muchos ritmos caribeños que se comenzó a hacer en
Nueva York y Puerto Rico».
La autora de música Sue Steward
afirma que la palabra fue originalmente usada en la música como un «llanto
de apreciación para un picante particular o un solo rápido», viniendo a
describir un género de música específico de la mitad de los años 1970 «cuando un grupo de
músicos latinos de Nueva York, comenzó a examinar los arreglos de las grandes
bandas clásicas populares desde la era del mambo de los años 1940 y 1950». Ella
menciona que la primera persona que usó el término «salsa» para referirse a
este género musical en 1968 fue un disc-jockey de radio venezolano de nombre Phidias
Danilo Escalona, quien emitía un programa radial matutino llamado La
hora de la salsa en el que se difundía la música latina producida en
Nueva York como una respuesta al bombardeo de la música rock en aquellos días
(la beatlemanía).
Según esta versión, Phidias Danilo
Escalona le preguntó a Richie Ray:
― ¿Qué es lo que ustedes tocan?
―Esto que nosotros hacemos lo hacemos con sabor, es como el ketchup, que le da sabor a la comida.
―¡¿Qué es eso de ketchup?!
―Bueno, eso es una salsa que se utiliza en los Estados Unidos para darle sabor a la hamburguesa.
―Esto que nosotros hacemos lo hacemos con sabor, es como el ketchup, que le da sabor a la comida.
―¡¿Qué es eso de ketchup?!
―Bueno, eso es una salsa que se utiliza en los Estados Unidos para darle sabor a la hamburguesa.
―¡Ah...! ¿Entonces lo que ustedes tocan
es salsa? Pues, damas y caballeros, vamos a escuchar ahora la salsa de Ricardo
Ray y Bobby Cruz
Bobby Cruz llamó a Pancho Cristal para
bautizar con el término «salsa» el nuevo LP que estaba lanzándose al
mercado, Los durísimos (1968). Esta versión es apoyada por
cantantes de salsa como Rubén Blades, Tite Curet Alonso y otros.
Era la hora del almuerzo, del aderezo,
del sabor, y por supuesto, del son
cubano, el guaguancó, la guaracha y el montuno.9
Ed
Morales también menciona la palabra como usada para animar una banda al
incremento del tempo y que «pone a los bailarines en una parte alta» para
agradecer un momento musical, [y] expresar un tipo de nacionalismo cultural,
proclamando el calor y sabor de la cultura latina». También menciona a Johnny Pacheco, que realizó un álbum
llamado Salsa na’ má, que Morales tradujo como «solo necesitas un
poquito de salsa o condimento».
La palabra salsa para designar la música
hecha por los «latinos» en Estados Unidos, comenzó a usarse en las calles
de Nueva York a finales de
los años 1960 y principios de los
1970. Por esta época, el pop
latino no era una fuerza importante en la música que se escuchaba en Estados
Unidos al perder terreno frente al doo wop, al R&B y al rock and roll. El surgimiento de la
salsa abre un nuevo capítulo de la música latina en la música popular estadounidense
donde jugó un papel de primer orden la orquesta Fania All-Stars, dirigida por el
dominicano Johnny Pacheco quien ―junto al
desaparecido abogado Jerry Masucci― fundaron el importante
sello salsero Fania Records.
Historia y expansión
Entre los años 1930 y 1950, la música afrocubana era
consumida ampliamente por los sectores de origen latino, específicamente
puertorriqueña, de Nueva York. Los puertorriqueños en Nueva York, fundamentaban
su música en gran medida en los elementos de origen afrocubano.
Según algunos músicos e historiadores, salsa es
un nombre comercial dado a toda la música caribeña de influencia afrocubana y
puertorriqueña en los años 1970. La salsa se expandió a fines de los años 1960
y de los 1970 a los 1990. Nuevos instrumentos, nuevos métodos y formas musicales
(como canciones de Brasil) fueron adaptados a la salsa. Nuevos estilos
aparecieron como las canciones de amor de la salsa
romántica. Mientras tanto, la salsa se convirtió en parte importante de la escena
musical de Puerto Rico, Colombia, República
Dominicana, Venezuela, Panamá y lugares tan
lejanos como Japón. Con la llegada del siglo
XXI, la salsa se ha convertido en una de las formas más importantes de la
música popular en el mundo.
Orígenes e instrumentación
La integración de las tumbadoras y
el bongó en los conjuntos que
tocaban son montuno fue un elemento
fundamental en la instrumentación de orquestas de baile.
A finales del año 1920, los sextetos y septetos
de son, que usaban bongó, alcanzaron en Cuba una
notable popularidad. En 1928, Gerardo
Machado con la intención de reducir la influencia de los elementos africanos
en la música cubana, prohibió el uso del bongó, las congas y las comparsas de
carnaval. Esto provocó que las orquestas de charangas con el uso timbales) incrementaran su popularidad.10 El bongó fue
reintroducido en la música popular cubana a finales de los años 1930.
Cerca de 1940, el Conjunto Llave de
Rafael Ortiz introdujo las tumbadoras o congas en una
orquesta,[cita requerida] instrumentos que
anteriormente solo se usaban en música folclórica afrocubana. Arsenio
Rodríguez popularizó el uso de las congas al integrarlas a su conjunto,
introduciendo el son montuno a nivel comercial.11
En los años 1940, Mario Bauzá, director y arreglista de la orquesta
de Machito «Los Afro-Cubans», agregó trombones al son montuno y la guaracha. Estas innovaciones influyeron
en músicos como José Curbelo, Benny More, Bebo Valdés.[cita requerida] En el álbum Tanga (de
1943), Bauzá fusionó elementos de la música afrocubana con el jazz.
La influencia del jazz afrocubano y
del mambo desarrollado
por Pérez
Prado en 1948, propició la introducción del saxofón en las orquestas
de son montuno y guaracha. En 1955, Enrique Jorrín le agregó trompetas a las orquestas
de charanga, que hasta ese momento
solo usaban violín y flauta.[cita requerida]
Ya para los años 1950, la música bailable
cubana, es decir el son montuno, el mambo, la rumba y el chachachá, se constituyó en un
elemento de gran popularidad en los Estados
Unidos y Europa.9
En Nueva
York, el «sonido cubano» de las bandas se fundamentó en los aportes de músicos
puertorriqueños que tocaban la música cubana de moda en ese entonces. Como
ejemplo, mencionar a Machito, Tito
Rodríguez, Tito Puente o incluso figuras
como el director catalán Xavier
Cugat. Por otro lado, y ya fuera del círculo de Nueva York, grupos como la Orquesta
Aragón, la Sonora Matancera y Dámaso
Pérez Prado y su mambo lograron una importante proyección a nivel internacional.
El mambo fue influido por
el jazz afrocubano y el son. Las
grandes bandas de este género mantuvieron viva la popularidad de la larga
tradición del jazz dentro de la música
latina, mientras los maestros originales del jazz se circunscribieron
a los exclusivos espacios de la era del bebop.12
La música latina interpretada en Nueva York desde 1960 fue
liderada por músicos como Ray
Barretto y Eddie Palmieri, los cuales estaban
fuertemente influidos por ritmos cubanos importados como la pachanga y el chachachá. Después de la crisis
de los misiles en 1962, el contacto cubano-estadounidense decayó
profundamente.
El cuatro
puertorriqueño fue introducido por Yomo Toro en la orquesta
de Willie Colón en 1971 y el piano
eléctrico en los años 1970 por Larry Harlow
En los años 1970 se incrementó la influencia
puertorriqueña en el ámbito de la música latina en Nueva York y los «nuyoricans»
pasaron a ser una referencia fundamental. La palabra salsa para designar la
música hecha por los «latinos» en Estados Unidos, comenzó a usarse en las
calles de Nueva York a finales de
los años 1960 y principios de los
1970. Por esta época, el pop
latino no era una fuerza importante en la música que se escuchaba en Estados
Unidos, habiendo perdido terreno frente al doo wop, al R&B y al rock and roll. En ese contexto, el
surgimiento de la salsa abrió un nuevo capítulo de la música latina,
especialmente en los Estados Unidos.
El sello discográfico Fania
La historia de la salsa, en la que participaron
gran cantidad de músicos, puede rastrearse en cierta medida en la trayectoria
de algunas importantes compañías discográficas. En los años 1970 Fiesta Récord,
Manhattan Recording Company, y en especial Fania
Records, lanzaron al estrellato una gran cantidad de «salseros» desde Nueva York, realizando giras y
conciertos por todo el mundo.
La compañía Fania Records fue fundada en
marzo de 1964 por el abogado y empresario Jerry
Masucci y el flautista dominicano y director de orquesta Johnny Pacheco. Fania comenzó con Larry Harlow y la producción El
Malo de Willie Colón y Héctor Lavoe en 1967.
Fania Records le dio el espaldarazo
definitivo al género al grabar y distribuir los discos de la gran mayoría de
las estrellas salseras de los años 1970. Dentro de esta empresa se formó la
agrupación Fania All Stars, orquesta que agrupó una
gran cantidad de músicos y cantantes de salsa como: Ray Barretto, Willie Colón, Johnny
Pacheco, Rubén Blades, Héctor Lavoe, Ismael Miranda, Cheo Feliciano, Bobby Cruz, y artistas invitados como Tito Puente, Celia Cruz, y Eddie Palmieri.
La dotación instrumental de Fania All
Stars representó los nuevos giros de la música caribeña en los años 1970.
Además del piano y bajo, la presencia de instrumentos de percusión como timba,
tumba y bongó que eran extensamente utilizados por las orquestas de Puerto Rico
y Nueva York desde los años 1940. La sección de instrumentos de viento estaba
constituida por tres trompetas y tres trombones, dotación bastante extraña en
la tradición musical caribeña y que perfilaría el sonido particular de la Salsa
hasta nuestros días. La ausencia del saxofón era notable, pues en ese momento
pertenecía a conceptos musicales del pasado y a la fastuosidad de las Big Band.
La sustitución del saxofón por el trombón permitía diferenciar, en algo, el
sonido de la salsa del sonido cubano tradicional. Por último, se destaca la
presencia del Cuatro puertorriqueño ejecutado por el músico Yomo Toro incorporado a la
agrupación para traer al ámbito musical urbano la guitarra de las zonas rurales
caribeñas (tanto el Tres cubano como el Cuatro puertorriqueño). El Cuatro
puertorriqueño adquiría jerarquía de solista y de instrumento bandera en la
Fania All Stars a la vez que se establecen las diferencias instrumentales y
sonoras con la música cubana.
Desde Nueva York la salsa se expandió
primero en América Latina (sobre todo en
países caribeños como Cuba, Colombia, Panamá, República
Dominicana, Venezuela y Puerto Rico. En los años 1980 alcanzó una
importante difusión en Europa y en Japón.
Miami se convirtió en una
especia de «segunda metrópoli» para la música cubana, dado el peso específico
de la gran cantidad de inmigrantes cubanos. La comunidad cubana se constituyó en
un referente importante en la vida de Miami, contrario a lo que pasó en Nueva
York, donde primó la influencia boricua.
La salsa después de los años 1970
Años 1980
Durante los años 1980 la salsa se expandió
a Europa y Japón. En este país surgió
la Orquesta
de la Luz, que alcanzó alguna popularidad en América Latina.
A fines de esta década surgió la llamada
«salsa romántica», estilo que se hizo popular
en Nueva York, caracterizado por
melodías lentas y letras de corte romántico es decir, un concepto similar a la
lírica de la balada pero en ritmo de salsa. Esta nueva manifestación de la
salsa pronto fue asimilada por artistas boricuas como Frankie Ruiz, Eddie Santiago, Paquito Guzmán, Marc Anthony, Willie
González, Cano Estremera; cubanos como Dan Den, Rey Ruiz, Issac Delgado y el
nicaragüense Luis Enrique.
Colombia
La salsa en Colombia, en los años 1970, está vinculada a grupos
como Fruko y sus Tesos a través de la
empresa Discos Fuentes y el grupo The
Latin Brothers. En 1988, la empresa discográfica Discos Musart publicó
la serie de LP Salsa Colección
Estelar lo que provocó un incremento de popularidad y la llevó a
competir con la cumbia.
En los 1980 aparecieron grupos
como Los Titanes, Grupo Niche, Orquesta
Guayacán y Joe Arroyo. También en los 1980, el
cubano Roberto Torres y el colombiano Humberto Corredor desarrollaron
en Miami el concepto de charanga-vallenata.
Venezuela
Desde finales de los años 1940 y
principio de los 1950, las orquestas de "música bailable tropical"
como la de Alfonso Larraín (1947), la Sonora Caracas (1948), la Billo's
Caracas Boys (1951) y Los Melódicos (1958) y Sexteto de la Juventud (1962), combinaron
en sus repertorios cumbias, merengues y otros ritmos antillanos con géneros
cubanos. Esto determinó el surgimiento de un movimiento que influyó
posteriormente en la salsa venezolana.
En ese tenor, se puede hablar de
artistas como Canelita Medina, Federico y su Combo Latino, Los Dementes o el grupo del músico Carlos Emilio Landaeta,
conocido como "Pan con queso" del Sonero Clásico del Caribe.
La salsa en Venezuela contó con agrupaciones
como la Sonora Maracaibo, el Grupo Mango o Dimensión
Latina, de donde salieron figuras como Oscar D'León. También músicos
como Nelson Pueblo agregaron influencias de música llanera a la salsa nativa.
De 1990 al presente
La salsa registró un crecimiento regular
entre los años 1970 y 2000 y ahora es popular
en muchos países latinoamericanos y algunos espacios
del mercado estadounidense. Entre los cantantes y grupos destacados en
los años 1990 encontramos a
figuras como Rey Ruiz, Luis Enrique, Jerry
Rivera, Salsa Kids, Dan Den, Marc Anthony, La
India, La
Sonora Matancera, DLG, Gilberto
Santa Rosa, Víctor
Manuelle, Michael Stuart, Celia Cruz, Maelo Ruiz.
Las más recientes innovaciones en este
género incluyen la mezcla de rap o reguetón con la salsa dura.
La salsa es uno de los géneros de música
latina que ha influido en la música del occidente africano. Un ejemplo de esta
influencia es el grupo sonero Africando, en el que músicos
neoyorquinos trabajan con cantantes africanos tales como Salif Keita e Ismael Lo.
La irrupción de la sensualidad
A partir de los años 1980, las orquestas de salsa
fueron dejando los sonidos fuertes y las "descargas" para entrar en
un sonido más cadencioso y melódico, acompañada de letras con abundantes
referencias al amor y a las relaciones sexuales como motivo principal y, en
algunos casos, excluyente. Esta música fue denominada «salsa erótica» y tuvo
como máximos exponentes a Eddie
Santiago, Frankie Ruiz, David Pabón, Lalo Rodríguez, Rey Ruiz, Willie
González y Luis Enrique.
La categorización de la salsa erótica
trajo como consecuencia que se denominara al género anterior como «salsa dura»,
que sufrió una baja de producción y de popularidad a la par que el nuevo género
se consolidó.
Decaimiento de la salsa erótica y
actualidad
A fines de los años 1990 la salsa erótica
empezó a declinar en popularidad, debido principalmente al fuerte impulso de
otros ritmos caribeños como el merengue dominicano y la bachata en Estados Unidos,
centro y parte de Sudamérica, trayendo aparejada la
desaparición del sello RMM, de producciones netamente románticas.
Para ese entonces la salsa había perdido
a muchos de sus grandes baluartes, ya sea por fallecimiento (Héctor Lavoe, Ismael Rivera), como por reorientación
de sus carreras hacia el jazz
«latino» (Ray Barretto, Eddie Palmieri) como por la realización
de grabaciones cada vez más espaciadas de quienes continuaron en el género (Rubén Blades, Willie Colón, Johnny Pacheco).
El fin de siglo trajo un resurgir de la
salsa dura (que en los años 1990 estuvo representada
apenas por Manny Oquendo y Libre) de la mano
de grabaciones para sellos independientes o minúsculos. Fue el caso de la Orquesta La 33, que acentuó la salsa con
el son montuno y la guaracha, y Jimmy Bosch, que volvió a dar
protagonismo al trombón, dando así el impulso
inicial para la reinstalación del sonido de la «vieja escuela» en el género
noviembre 29, 2019 | | 0 Comments
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